Nos movemos con el Reloj, nuestra vida entera transcurre en su caminar. Abrimos los ojos cada día tal vez con su llamado, y nos vamos a dormir viendo su lectura: ¡Es temprano! ¡Es tarde! En fin, hacemos o dejamos de hacer y todo pasa o deja de pasar pero las agujas siguen caminando.
Nos carcome, nos absorbe. ¡El tiempo no perdona! Y sus efectos son tan palpables en el exterior de las personas, como lo son en el interior, ahí donde realmente deja marcas que ni la más alta tecnología médica puede difuminar.
Hagas lo que hagas, emplees el tiempo en lo que lo emplees, debes tener en cuenta que ese momento es único y no volverá. Por lo tanto siempre será recomendable el saber en que lo “gastas” porque hay cosas que puedes recuperar en esta vida pero “El Tiempo” no es una de ellas. .
Algunas personas dicen "Perdí el tiempo contigo", "Perdí mi tiempo en este proyecto", "Perdí mi tiempo en esta relación", considero que ¡No se pierde algo que se invierte en lo que creíste en ese momento aunque el resultado no haya sido el esperado!
Les comparto un párrafo de algo que leí sobre el Tiempo de Jose Luis del Campo "El éxito se suele decir que es cuestión de constancia. Si es así, para alcanzarlo en el futuro (que será rápidamente el presente) deberé de hacer lo necesario para ello hoy mismo"
Todo camina con el Reloj, pero, ¿Qué mide el Reloj? No se nada de relatividad y esas cosas, lo que si sé es que ha existido desde mucho antes de nosotros, y que se mantendrá incluso posterior a nuestra desaparición, pero creo que el Tiempo nace y muere con cada persona. Cada vida inicia y muere con él.
Cierro con ésta frase de Oratio Dresser “El día ideal nunca llega. Hoy es el día ideal para aquellos que han decidido que así sea". .
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